CD Mirandés 2-1 FC Cartagena

Ayer en Miranda volvió a mostrar el FC Cartagena su cara más amarga. Lejos quedó la imagen del equipo que goleó al Eibar hace tan solo una semana, enterrada por un nefasto partido en tierras burgalesas ante el CD Mirandés. Los albinegros tenían en Anduva la gran oportunidad de acercarse de nuevo a la sexta plaza con una victoria, pero la apática actitud de los jugadores no permitió a la parroquia albinegra soñar por más de cinco minutos con el triunfo: los cinco minutos que tardó en demostrar el Mirandés más intención que el FC Cartagena de llevarse el partido con el gol de Camello.

La defensa cartagenera dio demasiado espacio a los delanteros rivales, el centro del campo estuvo perdido durante los noventa minutos y la delantera, sin inspiración -y con el sexto partido en blanco de Rubén Castro-, fue incapaz de inquietar al meta rival más que con el desviado disparo de Cayarga que recortó distancias en el marcador. Un tramo final decepcionante confirmó la derrota que vuelve a mostrar la irregularidad de este equipo cuando juega lejos del Cartagonova.

El conjunto albinegro saltó al campo sin la actitud necesaria para hacer frente al Mirandés y lo pagó a las primeras de cambio. Tras varias jugadas de acercamiento por parte de los rojillos y un primer tiro de Iñigo Vicente que se marchó fuera, llegó el gol local a los cinco minutos de partido. Riquelme sirvió un corner en corto y recibió de nuevo la pared para internar en el área y cuando Delmás salió a su encuentro, algo tarde, el extremo la metió al centro del área donde Camello recibió de espaldas a portería entre jugadores albinegros, se giró y golpeó raso a un lado a la altura del área pequeña para poner el primero del partido.

Después del gol, el Cartagena no reaccionó y continuó teniendo errores graves en el pase que demostraron los nervios del equipo. Por el contrario, los de Anduva se encontraron muy cómodos durante toda la primera mitad y jugaron a placer, aunque no crearon demasiado peligro.

Al cuarto de hora de juego, los cartageneros lograron retener más tiempo la pelota en su posesión y movieron el juego de lado a lado buscando los espacios en la zaga burgalesa, sin embargo, se toparon con la solidez del conjunto de Joseba Etxeberria. Una jugada personal de Dauda pudo poner en compromiso a los locales, pero se frenó cuando solo tenía por delante a un defensor y perdió la oportunidad. Rubén Castro hizo su primera aparición con un disparo que la defensa del Mirandés bloqueó y el rechace cayó a Bodiger, pero su disparo se marchó muy desviado.

Los de Miranda de Ebro volvieron a meter el miedo en el cuerpo de un Cartagena demasiado concesivo en defensa con una jugada de Carreira en la izquierda y el posterior centro raso que Meseguer remató en el pico del área pequeña, pero Marc Martínez sacó las castañas del fuego a su equipo con una buena intervención. Rubén Castro tuvo la más importante para el Cartagena tras un rechace de la defensa a un tiro de Dauda que le cayó en el área al canario, sin embargo, su disparo de primeras golpeó en la parte exterior del poste y salió fuera.

Con una pequeña mejoría albinegra y posesiones más largas se llegó al descanso. En los segundos 45 minutos, Carrión introdujo los primeros cambios con la marcha de Dauda y Tejera y la entrada de Okazaki y Boateng. La actitud de inicio en la segunda mitad fue totalmente diferente a la imagen mostrada en la primera parte y los albinegros tuvieron varias opciones de peligro. Rubén Castro y De Blasis se entendieron en las inmediaciones del área rival pero no culminaron dos jugadas consecutivas por centímetros. Datkovic casi pone el empate con un remate de cabeza al córner que obligó a Raúl Lizoaín a esforzarse al máximo para evitar el tanto.

Pese a los buenos intentos y la mejora cartagenera, llegó el segundo tanto del Mirandés en una jugada aislada y con una decisión arbitral discutible. Cayarga, que llevaba cinco minutos en el césped, perdió un balón en campo contrario y la contra terminó matando al Cartagena: Riquelme, que se encontraba fuera del campo después de haber sido atendido, recibió el permiso del árbitro para volver al terreno de juego justo cuando su equipo recuperó el balón. Solo en la banda izquierda por la despreocupación de Julián Delmás, recibió el balón, recortó en carrera a Vázquez dentro del área y le pegó de puntera al palo largo ante Marc Martínez.

El segundo tanto dejó helado a un Cartagena que reaccionó a chispazos pero que no tuvo continuidad en su juego. Los albinegros buscaron meterse de nuevo en el partido con más fé que fútbol y, tras dos avisos claros de Gastón y Cayarga, llegó el tanto cartagenero. Delmás colgó un balón al área desde el saque de banda, Ortuño peinó el balón y De Blasis la dejó de cabeza a Cayarga, que disparó desde la frontal y se encontró con el desvío de Arroyo para terminar poniendo la pelota dentro de la meta de Lizoaín.

A partir del gol, aún a diez minutos del final, el Cartagena no generó peligro e incluso fue el Mirandés el que llevó la iniciativa en los últimos minutos. Hassan le hizo un roto en varias ocasiones a los defensas albinegros en la banda derecha y un centro suyo tras recortar a Datkovic pudo significar la sentencia, pero ningún compañero acudió al remate y la pelota se paseó por el área pequeña.

Ya en el tiempo añadido, Richard Boateng vio la tarjeta roja por doble amarilla después de cortar un contraataque con una entrada por detrás al exjugador del Real Murcia Victor Meseguer. En los últimos minutos, Cayarga remató un balón suelto en el área a las manos del meta rival y varios centros al área pusieron el suspense al final del encuentro, pero el premio del empate no llegó. Con el pitído final se confirmó la derrota del FC Cartagena, que desperdicia una clara opción de escalar en la clasificación y afianzarse como candidato a la sexta plaza que da acceso a la promoción de ascenso. Los resultados de la jornada dejan finalmente al FC Cartagena en la misma posición pero más lejos del play off.

Luis Carrión: «Tenemos que cambiar de una puta vez»
El entrenador cartagenerista, Luis Carrión, ofreció su análisis del partido contra el Mirandés al finalizar el encuentro. Para el técnico, sus jugadores fueron siempre por detrás del rival, lo que propició un mal partido de todo el equipo. «Siempre han ido un segundo antes que nosotros en todo y nosotros siempre hemos llegado tarde. Cuando recuperábamos el balón estábamos muy atrás y no teníamos posibilidad de jugar. Ha sido un mal partido del equipo», explicó.

Con respecto al nivel mostrado por el grupo, Carrión afirmó con duras palabras que la irregularidad está dejando al equipo sin capacidad de luchar. «Así no podemos pelear lo que queremos pelear. Tendremos que cambiarlo de una puta vez porque no podemos hacer el partido del otro día y venir aquí a hacer esto. No puede ser. Trabajaremos mucho para cambiar esa situación», aseguró.

Según el entrenador, el problema del equipo es la relajación mostrada después de una gran victoria ante el Eibar. «Hemos recibido demasiados halagos y nos hemos pensado que ganamos sin correr. Así no le ganamos a nadie. Así vamos a ser un equipo de medio pelo, sin desmerecer lo que estamos haciendo, que es difícil. Nos hemos puesto una meta alta y así no vamos a llegar nunca», aseveró el catalán.

El de Barcelona restó importancia a la actitud de los jugadores y manifestó nuevamente que el equipo debe ser más fuerte de la cabeza cuando pasa por momentos malos dentro de los partidos. «Si nosotros queremos llegar a la élite tenemos que ser fuertes mentalmente. La mala actitud no existe, existe que te ves inferior en un momento del partido y se desmorona todo. Hay que estar tranquilos y seguir con nuestro plan de partido. El Mirandés ha mejorado, pero el nivel de mi equipo no ha sido el adecuado», concluyó Luis Carrión.

La Opinión

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