Con el triunfo en el bolsillo desde la media hora de partido trabajó y trabajó el cuadro portuario para conseguir una victoria vital: defendió todo lo que llegó por alto y por bajo, se mantuvo ordenado y se adaptó a la presión del contrario en el tramo final del encuentro.
Se adaptó gracias a los cambios del técnico madrileño, quien entendió a la perfección la fortaleza rojilla para detenerla. Por banda creaba mucho peligro el Mirandés y Calero dobló sus laterales con el debut de Diego Moreno, Iván Calero por delante y Fontán con Jairo por el otro costado. Evitó problemas el técnico madrileño refrescando el equipo y sustituyendo a los amonestados en una segunda mitad de alta tensión.
En el tramo final, que se alargó durante seis minutos debido a los numerosos cambios y a varias interrupciones por golpes fortuitos, apretó el paso el cuadro visitante y la zaga tuvo que concentrarse al máximo para no conceder el tanto del empate. Raúl Lizoaín también intervino para mantener la ventaja que finalmente supuso otro triunfo crucial.
Durante los primeros compases del partido ambos equipos se turnaron el dominio de la pelota y las llegadas sobre la portería rival. La primera fue para los locales con un testarazo de Darío Poveda al larguero a los tres minutos de juego después de una jugada ensayada brillantemente ejecutada por los de Calero. Respondió el Mirandés con otro remate de cabeza de La Gumina cerca de la meta de Raúl Lizoaín que se marchó demasiado cruzado.
Antes de cumplirse los primeros diez minutos tomó el cuadro visitante el control y comenzó a generar peligro por ambas bandas con centros que, si bien no conllevaron remates peligrosos, sí pusieron en apuros a la zaga albinegra. Intentó el Cartagena sacarse de encima ese agobio inicial con juego directo sobre un Darío Poveda que reemplazó a Ortuño en la punta del ataque, pero la imprecisión no permitió salir al cuadro portuario con claridad.
Ante el control rival y su propia incapacidad para hacerse con la posesión, se vio obligado el Cartagena a cerrar filas cerca de su área, donde se mostró muy ordenado y sólo permitió centros lejanos que no incomodaron a Raúl. Sólo pudo llegar el conjunto local a chispazos, como una falta muy lejana de Andy que tuvo que sacar de la escuadra Ramón Juan.
No fluía el juego albinegro y, cuando quiso dar un paso adelante el equipo de Calero, el Mirandés lo aprovechó saliendo rápido a la contra. Sin embargo, pasada la media hora todo cambió. Un ataque aislado de Arnau Ortiz, que no había participado en exceso hasta entonces, significó el primer gol del Cartagena.
El extremo bajó un balón sin dueño en la frontal, condujo hasta el vértice del área grande y cambió de ritmo para sortear a tres rivales que le perseguían. Levantó la cabeza, vio el hueco en el corazón del área y sirvió un pase de exterior que llegó a Poveda entre varios defensores. El delantero hizo de delantero: controló, giró sobre sí mismo y golpeó fuerte mientras caía al suelo para cruzarla ajustada al poste izquierdo de la portería de Ramón Juan y hacer enloquecer a la abarrotada grada del Cartagonova.
En el tramo final de la primera parte volvió a ser mejor el equipo de Alessio Lisci y tuvo ocasiones para devolver el empate al marcador, pero Lizoaín se mostró concentrado para evitarlo. Gabri filtró un gran pase al espacio que dejó sólo a La Gumina y Raúl achicó espacios para sacar el remate con el pie en el mano a mano. En la última del primer acto despejó de puños el meta un potente chut de falta, también de La Gumina, que llevaba muy mala intención.
La reanudación trajo de nuevo a un Mirandés más mandón. No obstante, le faltó peligrosidad a los rojillos. El conjunto visitante aplicaba cada vez más presión sobre el Cartagena y Julián Calero reaccionó para mantener el resultado favorable a la hora de partido. Ortuño y Mikel Rico entraron para sustituir a Poveda y Andy, ambos amonestados con amarilla. Diego Moreno debutó con los albinegros para articular un doble lateral en la derecha con Iván Calero más adelantado, una figura que replicaban Fontán y Jairo en la banda contraria.
Consiguió amortiguar así el técnico cartagenerista el ímpetu jabato por empatar el partido aunque no le eximió de pasarlo mal. Los saques de esquina y las segundas jugadas fueron una pesadilla para el equipo local y un centro de Jonathan Gómez llegando hasta línea de fondo a punto estuvo de significar el gol.
Se fue diluyendo ese ímpetu y las piernas empezaron a pesar para ambos conjuntos, beneficiando el fuerte ritmo de partido a un Cartagena que ya había hecho su trabajo ofensivo con el tanto. El juego de espaldas de Ortuño ofreció desahogo a los suyos y el orden defensivo, que se celebró en cada acción, hizo el resto. Tuvo que intervenir, no obstante, Lizoaín, para mantener el triunfo. En el minuto 90 blocó el portero un gran remate del omnipresente La Gumina con una estirada perfecta.
En el descuento de seis minutos continuó generando peligro el equipo de Miranda, siempre con centros laterales de los que el Cartagena tuvo que defenderse con uñas, dientes y algún golpe aparatoso. La tensión se sintió en el Cartagonova hasta el pitido final, que dejó la cuarta victoria del Cartagena en los últimos cinco partidos. Sigue el FC Cartagena en racha y llega hasta los 28 puntos, colocándose en décimo séptima posición de la tabla, empatado con Villarreal B y Alcorcón, pero a dos del Albacete.
Calero: «Cada partido es una batalla y esto va a ser así hasta el final»
El entrenador del FC Cartagena, Julián Calero, compareció en la sala de prensa del Cartagonova para valorar el encuentro que dejó la sufrida victoria de los suyos por un gol a cero. «Esto va a ser así hasta final de temporada. Cada partido es una batalla tremenda. Hoy el Mirandés nos ha puesto en dificultades y el partido ha estado muy disputado. Al final sacamos los tres puntos, que para nosotros es muy importante. Seguimos dando pasos adelante para lo que queremos», comentó en primer lugar.
Añadió Calero que la parte más positiva de la victoria es el trasfondo de volver a ganar en casa. «Lo que más me gusta es empezar a hacernos fuertes en casa ganando cuatro de los últimos cinco y eso es el caldo para la salvación. La fusión con la gente y que nos sintamos fuertes aquí es fundamental», expresó.
El equipo atrasó líneas para mantener el resultado al final del partido, una circunstancia que traía malos recuerdos de ocasiones anteriores. Julián explicó por qué esta circunstancia ya no es negativa. «Hay un trabajo detrás y hacemos mucho hincapié en cómo defender el área o cómo son los mecanismos. Después está la decisión de los jugadores. Ahora atacan balón y se juegan la vida en cada uno. La mentalidad va cambiando a la misma vez que los resultados y la confianza», explicó.
El triunfo no aleja al Cartagena del descenso ya que sus principales competidores, Alcorcón y Villarreal B lograron también el triunfo. «La mala noticia es que seguimos empatados con el descenso, que han ganado todos y que seguimos en la misma pelea. Nos queda mucho, pero hoy ha vuelto a ser un paso importante», manifestó.
La Opinión
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