En las gradas se dieron cita unos 1500 espectadores en otra lamentable imagen que ha generado la gestión institucional y deportiva del club. Para más inri, el equipo no acompañó pese a la victoria. Especuló y se confió contra un equipo mermado por la expulsión del central Landázuri a los 20 minutos y pudo pagarlo. Sólo la fortuna y el VAR evitaron el empate.
Pasó por algunos tramos buenos de fútbol el cuadro albinegro, sobre todo en la primera mitad, y mereció el gol que marcó, pero no hizo nada más desde entonces. Con uno menos, el Tenerife propuso todo el fútbol mientras el Cartagena perseguía sombras. Los cambios, totalmente desconectados, no aportaron nada. Se salvó de varias y finalmente venció el Cartagena, pero acabó pidiendo perdón desde el césped -se pudieron ver los gestos de Pedro Alcalá- a sus aficionados por el desafortunado espectáculo.
Saltó mejor al partido el cuadro tinerfeño, con un punto más de actividad en sus movimientos. Así realizó una mejor presión el equipo de Álvaro Cervera y se instaló pronto en campo contrario. No obstante, no consiguió finalizar ninguna jugada. Mejoró el cuadro local tras algunos minutos de zozobra por mediación de Pepín Machín y Daniel Luna, muy participativos y combinativos en el carril central.
Error garrafal
A los cinco minutos tuvo el Cartagena una ocasión que debería haber significado el primer tanto del partido. Sin embargo, Álex Millán cometió un error imperdonable. Filtró Pepín para Aguirregabiria un gran pase y antes de salir por línea de fondo centró el lateral un balón al área pequeña. Esperaba Álex Millán debajo de los palos y sin oposición para empujarla dentro a metro y medio de distancia, pero se precipitó y le pegó con la tibia para mandarla fuera, devolviendo la pelota a la misma zona de donde llegó el centro.
Pese al clamoroso error siguió bien el Cartagena, asociandose con calidad gracias a la movilidad de Luna como segundo punta. Como le había sucedido minutos antes al Cartagena, la mejor ocasión le llegó al Tenerife cuando peor plantado parecía. Waldo realizó una pared en el lateral del área y centró desde línea de fondo atrás para Maikel Mesa. Con todo de cara, el centrocampista la estrelló contra Fuidias.
Ambos equipos tuvieron ocasión de adelantarse en el marcador en los diez primeros minutos, pero los diez siguientes fueron un desierto sin llegadas. Se igualó el encuentro, pero en la mediocridad. La acción que desequilibraría el encuentro definitivamente no fue un gol, sino la rigurosa expulsión de Landázuri que dejó al Tenerife con un hombre menos a los veinte minutos.
Expulsión rigurosa
Un despeje desde la defensa se convirtió en un pase al espacio para Álex Millán, que forcejeó con Sergio González y se zafó para realizar un autopase sobre Landázuri que le plantaba sólo frente al portero, pero con 50 metros por delante. El central, último hombre del cuadro chicharrero, zancadilleó al punta en su intento por cortar el balón. El impacto fue mínimo, pero cortó la carrera de Millán y Moreno Aragón estimó la roja directa para una acción que no parecía entrañar mayor peligro.
Desde entonces, el Cartagena se echó encima de su rival, aunque sin demasiada prisa. Elaboró el cuadro albinegro con paciencia y con posesiones largas que comenzaban a acercar el gol. Clemente finalizó una de esas posesiones con una volea dentro del área que salió rozando el palo y Luna envió fuera por centímetros una vaselina sobre el portero en un mano a mano.
De nuevo Clemente y Pepín amenazaron con disparos desde dentro del área antes de que llegase el gol anunciado. A cinco minutos para el descanso encontró el Cartagena el premio que había merecido. Tras otra posesión elaborada, el balón llegó a Aguirregabiria, quien sirvió un centro perfecto desde lejos. Cayó en la cabeza de Álex Millán, quien la cruzó para coger a contrapie al portero haciendo una parábola por encima de su posición. Se quitó la espina el delantero, que combina grandes goles con errores.
Segunda parte infame
Así se marchó el partido al descanso y en la reanudación pareció confiarse el Cartagena. Bajó la intensidad en los duelos, se olvidó de combinar y recibió el empate pocos minutos después, aunque por suerte para los de Romo, fue anulado por falta previa. La jugada, no obstante, demostró la falta de intensidad con varios despejes fallidos dentro del área y el error de Fuidias bajo palos.
No reaccionó el conjunto local y siguió peor que su rival a pesar de la superioridad numérica. Maikel Mesa golpeó alto desde la frontal y Waldo puso un centro que se paseó sin remate por el área pequeña. Especulaba el Cartagena con el resultado y el Tenerife proponía todo el fútbol. Con los cambios quiso cambiar la cara a su equipo Romo y dio entrada a El Jebari, Delmás, Ortuño y Escriche.
Tampoco así mejoró e incluso se libró del empate en una clarísima jugada de Maikel Mesa, que disparó de volea desde el punto de penalti. Taponó Alcalá con la espalda para salvar el gol. Un choque de cabezas con Luna provocó la marcha de ambos y la activación del sexto cambio por protocolo.
En los minutos finales pudo marcar Andy ante un Tenerife con nueve por la lesión de César, pero también lo pudieron hacer David Rodríguez y Sergio González, que echó fuera un balón centrado ante Fuidias.
Tras siete minutos de añadido concluyó el encuentro. Un encuentro que no dejó conforme a ninguno de los dos equipos a pesar de que ninguno luchaba por objetivos clasificatorios. El Tenerife se fue con la sensación de haber merecido el empate y haber sido perjudicado por el colegiado en la expulsión y el tanto anulado. El Cartagena se marchó ofreciendo una mala imagen ante los pocos aficionados que se congregaron en Cartagonova, hastiados por la situación del club.
Romo: «Es difícil lo que estamos viviendo y nos ha lastrado mucho»
El entrenador del FC Cartagena, Guillermo Fernández Romo, compareció ante los medios de comunicación para valorar la segunda victoria en casa de su equipo y las circunstancias que rodean actualmente a la entidad cartagenera a nivel institucional.
En primer lugar, Romo valoró el «coraje» de los suyos pese a «todo lo que estamos pasando». «Es no bajar los brazos cada día, competir de la mejor manera, tener rigor», comentó. El técnico separó su análisis en las dos mitades del encuentro, valorando la primera mitad como muy satisfactoria. «Hemos hecho una muy buena primera parte aceptando las circunstancias que había y que se ha quedado corta en el resultado. Ha habido juego, ritmo y ocasiones», expresó.
Por contra, explicó que «la segunda no ha sido agradable para nadie». «Muchos errores que te quitan continuidad y que han hecho que no encontrasemos situaciones de ataque más claras, pero creo que hemos ganado con mérito», manifestó.
Sobre la enésima protesta de la afición antes del encuentro, Romo dijo que «son situaciones que afectan» y que ya notó la fricción con la afición en enero. «Es muy difícil lo que estamos viviendo y nos ha lastrado muchísimo». También reiteró su «preocupación» por los impagos, pero recordó que «no soy el portavoz del club y no tengo que dar explicaciones de cosas que no me corresponden». Por último, el entrenador aseguró que hay «comunicación diaria con la directiva» y que «les apoya».
La Opinión