Fue mejor el cuadro local en la primera parte del encuentro, a pesar de que el primero en mostrar sus intenciones fue el conjunto visitante. En el primer minuto quiso meter miedo el cuadro de Rubén Albés con una internada de Queipo por la derecha y un pase a Dubasin hacia el área que el delantero finalizó de puntera. Pablo Campos intervino por primera vez tapando bien el palo más cercano. Cinco minutos después llegó Otero por la banda contraria y combinó en la frontal para que Dubasin finalizase con el interior con mucha intención. Su disparo salió rozando la escuadra derecha.
Avisó el Sporting en esas dos primeras jugadas, pero todo el peligro rojiblanco se quedó ahí. Durante el resto del primer acto controló el Cartagena a su rival a través de la posesión y combinaciones que fueron ganando precisión con el paso de los minutos. En el ocho la tuvo Gastón tras un cambio de ritmo de Cedric, pero taponó la zaga gijonesa el disparo del punta.
Ocupó bien el campo el equipo de Jandro Castro, pero erró pases sencillos y perdió muchos minutos en los que no pudo asentarse en el campo rival. Lo consiguió con más claridad a la media hora de partido estirando sus líneas y combinando mejor. También se apoyó el Cartagena en los robos. Ganó muchos duelos en el centro del campo y eso le permitió tener el control del ritmo del partido. Cedric volvió a llegar por banda para disparar centrado tras un recorte hacia dentro.
Perdió oportunidad de sorprender el equipo portuario en dos contragolpes mal ejecutados por Jorge More y Luis Muñoz. El lateral no vio la entrada del centrocampista completamente solo por la banda contraria en la primera de ellas y el malagueño pecó de egoísmo en la segunda y la perdió en la frontal. Pese a ello, el Sporting pareció incapaz de generar peligro y la última del primer tiempo también fue para los locales, pero la falta de determinación en el remate volvió a truncar la oportunidad.
Con empate en el marcador y mejores sensaciones para los de la ciudad trimilenaria se marchó el partido al descanso. El segundo acto comenzó igual. Mejor el Cartagena en la posesión, en los duelos y en combinación, pero mal en ataque. Cedric volvió a protagonizar galopadas que murieron en la frontal y su desentendimiento con Escriche fue evidente.
Esta situación detuvo el partido en un punto muerto hasta que Ríos Reina generó la ocasión más clara del partido. Se sumó el lateral al ataque y recortó hacia dentro para centrar con su pierna menos buena. La puso en dirección a portería tras recortar sobre Rober Pier y Gastón Valles entró en carrera para rematar de cabeza al palo largo, pero el intento se estrelló en el poste.
La ocasión que llegó en un chispazo cambió la dinámica de un partido estancado. Seguidamente llegaron otros dos acercamientos albinegros y un remate de Alcalá en buena posición que murió en las manos de Rubén Yáñez. Esa ocasión propició la jugada que cambió el encuentro.
Un penalti salvador
Blocó sin mayores complicaciones el meta sportinguista y quiso lanzar la contra en velocidad cuando Gastón Valles se cruzó en su camino para impedirlo. El portero esquivó al delantero, pero realizó un innecesario gesto con el codo para quitárselo de encima que el VAR entendió como agresión. Tras la revisión en el monitor, el colegiado Sánchez Villalobos corroboró la percepción de Caparrós Hernández en el VAR y señaló la pena máxima. Además, expulsó al portero.
No falló Luis Muñoz. Con la calidad que le caracteriza y tranquilidad tras los minutos que se perdieron por el cambio en la portería, el malagueño la ajustó al máximo a la izquierda de Cristian Joel, el portero que cubrió el hueco de Yáñez, y superó su estirada para poner el 1 a 0 en el marcador. Inmediatamente después del gol salvó Pablo Campos el empate con un paradón a mano cambiada a disparo de Gaspar Campos dirigido a la escuadra.
Encontró espacios el conjunto portuario con un hombre más, pero la urgencia obligó al Sporting a atacar a la desesperada. Introdujo Jandro sangre fresca con Ortuño, Pocho Román y Andy Rodríguez. El equipo local se echó atrás para defender el enorme botín a falta de diez minutos para el final y el bombardeo de centros sobre el área fue incesante.
Kiko Olivas y Pedro Alcalá repelieron todo lo que llegó por el aire y el encuentro entró en sus nueve minutos de añadido que, curiosamente, fueron más tranquilos para el Cartagena. Supo mover el balón y abrir las bandas para ocupar el campo contrario y ganar mucho tiempo al cronómetro. Así llegó el final del partido que certificó la victoria albinegra. Se sitúa penúltimo el Cartagena con 13 puntos, a 6 del Eldense, que marca la permanencia.
La Opinión