Salió con mordiente el equipo local presentando variaciones respecto al partido de Burgos. Luis Muñoz partió como suplente y Jairo sacó su puñal por la derecha, dejando la izquierda para Cedric Teguia. Kiko Olivas reemplazó a Pedro Alcalá en el centro de la zaga y el otro gran sacrificado fue Ortuño. El yeclano esperó en el banquillo ante la titularidad de Gastón.
Comenzó eléctrico el encuentro con un Cartagena demoledor al que solo le faltó el gol. Gastón, Cedric y un omnipresente Jairo amenazaron seriamente con desbloquear el tanteador. Valles sirvió deliciosamente para Cedric un balón que desvió in extremis Iván Calero. El madrileño fue coreado en su retorno a la trimilenaria también bajo la atenta mirada de su padre. Julián Calero, ahora técnico del Levante, tampoco se perdió el choque. Siguió el Cartagena con el martillo pilón. Gastón volvió a probar a Poussin y Sergio Guerrero no acertó en el rechace. Los albinegros olían sangre.
Poco tardó el ataque del Cartagena en encontrar una rendija en los dominios del Zaragoza. Jairo robó en la derecha y sentó a Tasende antes de asistir magistralmente a Cedric. Teguia entró al segundo palo y su testarazo abrió el electrónico ante un Zaragoza que llevaba un cuarto de hora sin enterarse de qué iba el partido.
En el sprint final del primer acto, el Zaragoza comenzó a carburar atacando a una muralla portuaria sólida. Pablo Campos estuvo prácticamente insólito. Un espejismo que se esfumó posteriormente. Se mantuvo el guión en el segundo acto. El Cartagena seguía contemplativo ante un Zaragoza tremendamente impreciso en las transiciones y en los centros. Baždar asustó a la parroquia albinegra con un remate que desvió Pablo Campos en un momento de lucidez zaragocista.
Abelardo dio entrada a Luis Muñoz en banda derecha para revitalizar el inofensivo desempeño de los suyos. No tardaron Dani Escriche y Vukcevic en entrar al verde de Benipila por un Jairo desfondado y por un Sergio Guerrero que también se desvaneció.
Pablo Campos se puso el traje de héroe cuando el partido seguía un ritmo mortecino. Iván Azón encontró una oportunidad pintiparada que se topó con la brillante oposición del guardameta valenciano. Sipsic salvó bajo palos seguidamente el violento rechace de Toni Moya. Sin embargo, el Cartagena volvió a ser víctima de sus propios fallos una vez más. De nuevo una segunda jugada tras un córner dio al traste con las aspiraciones locales.
Pau Sans apareció al primer palo, libre de la marca de Kiko Olivas, para batir a Pablo. El choque se rompió en el descuento con un Cartagena totalmente sometido. Pau Sans enmudeció al Cartagonova tras superar al portero. Musto apareció providencial en la cobertura para impedir el gol. No perdonó Francho en la última jugada del encuentro apareciendo en segunda línea totalmente solo para sacarle las vergüenzas a los del Pitu. Desastre sin paliativos de un Cartagena que mostró dos caras. Una ilusionante y efectiva versión durante los primeros 35 minutos y una apatía preocupante durante el resto del encuentro, más evidente al final. Los albinegros cierran la segunda jornada como colistas antes de visitar al Eldense el domingo (19.00).
La Opinión
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