RCD Mallorca 2-1 FC Cartagena

Remar para morir en la orilla. Fue la sensación que dejó el Cartagena en su visita al líder de la categoría en un partido en el que dio la cara y demostró que está capacitado para competir ante cualquier equipo. Después de ganar al Leganés, dejó una gran imagen a pesar de la derrota. La calidad y las decisiones arbitrales terminaron decantando la balanza hacia los intereses del conjunto insular e hicieron inútil el gol de David Forniés. Un dudoso penalti en los minutos finales dejó sin puntuar al conjunto de Luis Carrión en Mallorca, pero sigue momentáneamente fuera del descenso.

Llegaba el Cartagena con ganas de mantener las buenas sensaciones que dejó en el partido ante el conjunto pepinero y, a ser posible, sacar un resultado positivo de su visita a las islas.

Salió el técnico catalán con un once muy similar al que habitúa, pero en el que hubo varias novedades. Andújar estuvo junto a Datkovic en el centro de la defensa para suplir la ausencia de Raúl Navas por la expulsión en la última jornada. Delmás ocupó el puesto que dejó Nacho Gil. El lateral actuó como extremo en la banda derecha y estuvo muy activo durante todo el encuentro.

Sólido inicio
Comenzó el encuentro con un Cartagena muy metido en el partido a pesar del dominio del conjunto local, que trató de llevar la iniciativa del balón durante todo el encuentro. El conjunto albinegro, que vistió con la tercera equipación dorada después de mucho tiempo, supo estar bien plantado ante las dificultades que ofrece una de las plantillas con más potencial de la categoría de plata.

Por ello, las llegadas del equipo de Luis García Plaza sobre la portería de Leandro Chichizola se producían sin apenas peligro y en la mayoría de ellas, sin ni siquiera remate. Fue el caso de una de las primeras acciones del partido, en el que una buena pared por banda izquierda acabó en las manos del arquero argentino.

Poco a poco fue creciendo el Cartagena sobre el mojado césped de Son Moix. El equipo comenzó a pisar campo rival y se le veía con cierta soltura a la hora de enlazar largas posesiones de balón. En un principio, sin mayor amenaza que algún disparo desde fuera del área, como el que enganchó Azeez desde muy lejos que se fue muy desviado. Sin embargo, el conjunto de Luis Carrión comenzaba a amenazar la portería de Manolo Reina gracias a varios robos en campo contrario. En uno de ellos, Elady encontró el pase para que Rubén Castro se quedara solo ante el guardameta rival, pero no lograba batirle. Tampoco lo hacía el jienense en el rechace, aunque la acción estaba invalidada por fuera de juego.

Quien perdona, lo paga
Eran los mejores minutos del Cartagena en el partido y a punto estuvo de aprovecharlo. Elady, que como siempre fue un dolor de cabeza continuo para la defensa rival, entró por la izquierda y sirvió un gran balón al segundo palo que enganchó Demás. El remate lo repelió Manolo Reina y el rechace le cayó a un Rubén Castro que, totalmente solo y casi en el área pequeña, la mandó arriba dejando escapar la más clara.

Fue una de las últimas aproximaciones al área del Mallorca, que con el paso de los minutos fue imponiendo su calidad. Amath Ndiaye tuvo una casi tan clara como la del delantero canario y la mandó fuera con todo a favor. Poco después sí que iba a concretar su remate Dani Rodríguez, que batía a Chichizola con un toque sutil, pero el colegiado señaló fuera de juego.

El golpe iba a llegar, sin embargo, al borde del descanso. En la última acción Salva Sevilla ponía un excelso balón en profundidad para que Amath Ndiaye, incorporándose desde segunda línea, pusiera el balón al fondo de las mallas dejando tocado a un buen Cartagena.

Pareció pesarle el gol en lo anímico al conjunto albinegro en el descanso. Y es que salió en la segunda parte arrastrando las consecuencias del tanto. El Mallorca mandaba en el juego y en las ocasiones sobre área contraria, pero el Cartagena se mantenía vivo. Abdón Prats remató manso de cabeza sin apenas peligro para Chichizola.

Premio inesperado
Los de Luis Carrión trataban de reaccionar a trompicones. Andújar remató un balón que ya tenía Reina en las manos y cometió falta sobre el arquero local. No obstante, iba a encontrar premio. De Blasis lanzaba un saque de esquina que salía rechazado y Forniés enganchaba un zapatazo en la frontal. El balón tocaba en un defensa y se terminaba colando en la mata local para dar el empate y una bombona de oxígeno enorme al Cartagena.
El Mallorca quedó algo noqueado tras el tanto y no fue capaz de reaccionar de inmediato, algo que aprovechó bien el cuadro cartagenero para ir en busca del segundo. Datkovic conectó un cabezazo en un nuevo balón parado por De Blasis, pero se marchó cerca del travesaño.

Pena máxima
Parecía tener el partido relativamente bajo control el Cartagena. Sin apenas peligro, el equipo de Luis García buscaba con destellos una portería que no encontraba. A pesar de ello, iba a encontrar la recompensa sin apenas merecerla. El VAR le pedía al colegiado que revisara una posible mano de Andújar que había pasado desapercibida. El balón parece tocar antes en el muslo del central que en el brazo, pero terminaba señalando el punto de penalti. Álvaro Giménez transformaba el lanzamiento a la perfección poniendo el balón en la escuadra.

Con el marcador en contra y con poco tiempo, Carrión trató de mover el banquillo para agitar el partido e ir en busca del empate. Carrasquilla, Jurado y Santisteban se sumaron a Cayarga y Cristian, que habían entrado aún con empate. Pero poco logró con ello, ya que en los últimos minutos apenas se jugó. El Cartagena no supo encontrar el camino para, al menos, poner nervioso al Mallorca, que tampoco tuvo opciones para sentenciar.

Luis Carrión: «Es una pena que se haya escapado así» 
Lo tuvo en la mano el Cartagena para llevarse al menos un punto del estadio del Mallorca. Se escapó después de un serio partido en el que dejó una gran imagen. Así lo consideraba también el técnico albinegro: «Es una pena porque creo que el equipo ha estado serio en el campo del líder. Hemos hecho un partido correcto y hemos conseguido empatar, que era lo más complicado. Estábamos bastante tranquilos. Además habían hecho dos cambios ofensivos y se iban a partir más. Íbamos a tener posibilidades pero no ha podido ser», comentaba.

Echó de menos más soluciones en la parcela ofensiva de su equipo, ya que vio a un Mallorca al que se le podría haber hecho daño: «Nos ha faltado estar más abiertos para encontrar situaciones de juego en las que poder recibir. Estábamos pensando más en qué hacer cuando lo perdiéramos. Podríamos haber encontrado más espacios por dentro si hubiéramos estado más atrevidos», aseguraba tras el encuentro.

Fue una clara muestra de la mejora del Cartagena, que durante muchos minutos compitió de tú a tú al líder de la categoría: «No sé si hemos merecido el empate o no. Pero sí sé que hemos maniatado al Mallorca excepto un tramo de la primera parte. Pero no nos han generado demasiado y nosotros hemos tenido algunas sin estar demasiado bien ofensivamente. Ha sido una pena que se haya ido en una acción así».

Se refería, por supuesto, a la acción del penalti que terminó con el segundo tanto de los locales. A pesar de ello, Carrión no quiso entrar en polémicas: «No lo he visto. Nosotros tenemos que ver qué hacer en esas situaciones. Tenemos que estar más tranquilos en esas situaciones. Si lo ha pitado es porque lo ha visto así. No me quiero meter mucho en eso», afirmaba.

A pesar de haber dejado una buena impresión y de competir ante un gran equipo, el técnico catalán se mostraba exigente con su equipo: «Saldríamos reforzados si hubiéramos conseguido al menos un punto. No nos sentimos un equipo pequeño ante nadir y creo que hemos competido bien. Nos tiene que reforzar el trabajo, pero el resultado tiene que acompañar», aseguraba.

También valoró la actuación de futbolistas menos habituales en el once, como es el caso de Delmás: «Julián ha entrado por una cuestión táctica. Estaba trabajando bien e intento poner a los que mejor están para conseguir los tres puntos. Antoñito también está muy bien y puede entrar igual que hoy no lo ha hecho. Ahora hay mucha gente bien y me cuesta elegir», concluía el entrenador albinegro.

La Opinión

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