Llegaba el conjunto albinegro con la intención de mantener las buenas sensaciones de los dos últimos encuentros, pero con la obligación de no cosechar el mismo que el del último en Mallorca. Una victoria le permitía dormir fuera del descenso y meter presión a los rivales directos, mientras que una derrota le condenaba a estar al menos una semana más en el pozo.
Salió el técnico catalán con un once prácticamente calcado al que estuvo de inicio en Mallorca. La única novedad estuvo en el centro de la defensa, donde Raúl Navas volvió a estar junto a Datkovic al haber cumplido el partido de sanción, dejando a Andújar de nuevo en el banquillo. Quien volvió a ser titular fue Julián Delmás, quien tras la buena actuación en las islas repetía formando parte del once. Carrasquilla parece haber quedado totalmente relegado al banquillo con la presencia de Azeez.
Sin áreas
Los primeros instantes del partido fueron quizá de los más intensos que se recuerdan. Ritmo, intensidad y presión en ambos equipos con y sin balón desde el pitido del árbitro. Sin embargo, este empuje inicial no se vio traducido ni mucho menos en las aproximaciones. No es una forma de hablar decir que en la primera media hora de encuentro no existieron las áreas. Ni un remate, ni un disparo –ni siquiera desde lejos- que inquietara a alguno de los dos guardametas. Lo más parecido a una aproximación durante ese primer tramo de partido fueron dos centros de David Simón que llegaron desde la banda derecha y que fueron repelidos sin ningún tipo de problema por la zaga visitante.
Fueron incluso más numerosas las atenciones que tuvieron que realizar los servicios médicos de ambos equipos. Primero, por un choque cabeza con cabeza en el que Forniés salió mal parado; después, por un choque similar en el que tanto Datkovic como Dani Romera tuvieron que salir para ser atendidos.
Precisamente fue a raíz de ese choque cuando pareció abrirse mínimamente el encuentro. La Ponferradina botó dos faltas laterales que tampoco acarrearon peligro para Chichizola. Una de ellas, el disparo de Sergio Aguza que se marchó desviado. También comenzó a probar fortuna el Cartagena con dos disparos de Elady. En uno vio adelantado a Caro y trató de mandar –sin éxito- el balón por encima de este. En otro, se topó con un defensa cuando armó la pierna desde la frontal.
Fue lo anterior un simple espejismo de lo que estaba siendo la primera parte. No obstante, cuando parecía que el empate iba a permanecer hasta que se alcanzara el descanso, iba a llegar el momento de lucidez de Aburjania para romper las tablas en el último instante. El Cartagena ponía en movimiento un saque de banda cercano al área que era rechazado por la defensa. El despeje lo cazó en la frontal el centrocampista georgiano que, sin dejarla caer, la mataba con el pecho y se sacaba un remate de volea que tocaba en el palo y se colaba por la escuadra haciendo inútil la estirada de Caro y dando a su equipo un premio de valor incalculable antes del descanso.
El tanto de los de Carrión hizo que la segunda parte arrancara con una tónica distinta. El Cartagena quería guardar la ventaja como oro en paño y la Ponferradina tomó la iniciativa del balón con la intención de ir en busca de la igualada y de darle la vuelta al marcador.
El conjunto albinegro estuvo bien posicionado y frenó las acciones de ataque del equipo de Bolo, al que le solo le quedó la alternativa de buscar disparos desde fuera del área. Principalmente en las botas de Juergen, que en dos ocasiones probó fortuna desde lejos. En la primera, Chichizola sacó una mano providencial abajo, mientras que el segundo remate se le marchó desviado por encima del travesaño.
Con el arreón inicial frenado, el técnico albinegro buscó darle aire fresco al equipo con las entradas de Cayarga y Cristian López en ataque. Fue ahí cuando el Cartagena consiguió estirarse y coger aire con varias aproximaciones que llegaron, precisamente, a través de los hombres que entraron de refresco. La más clara se fabricó en la contra fabricada por Elady, Cayarga y Forniés, que puso un centro medido a la cabeza del delantero. Sin embargo, este no logró dirigir el remate a portería y dejó escapar la oportunidad de poner tierra de por medio. También iba a ser protagonista Cristian en un remate picado en un saque de esquina que lograba conectar, pero que se marchaba por encima de la portería.
Fueron los mejores minutos del Cartagena que de nuevo volvió a echarse atrás. Y quizá lo hizo en exceso, porque aunque el asedio de la Ponfe no fue total, sí que permitió la llegada de los visitantes. Ya avisaron los de Bolo con un remate que terminó entrando en la meta de Chichizola, pero que antes había sido invalidado por falta.
Polémica y castigo
Saboreaba ya los tres puntos el Cartagena. Se jugaban unos minutos finales a los que había llegado bien físicamente, pero donde la Ponferradina tenía que apretar. Pero un saque de esquina lo cambió todo. Un jugador visitante caía dentro del área y el colegiado no señalaba nada. Sin embargo, desde la sala VOR le advierten de que hay un posible penalti en el que Azeez, mientras mira al balón, pisa al rival. Gálvez Rascón decide señalar penalti y Yuri no perdona desde los once metros para poner la igualada en el tiempo de descuento.
Iba a haber aún tiempo para más polémica. Con el Cartagena en busca del milagro, Cristian recibe un golpe por detrás cuando va en busca del balón y cae sin que el colegiado señale nada. Lo peor, que no fue revisado como sí se había hecho con la anterior y que terminó certificando el empate en un partido que estaba ganado y que deja al FC Cartagena en descenso.
«Ahora hay que ir volando en el área para que no pase nada»
Luis Carrión mostró su disconformidad con el resultado final del encuentro y las decisiones que toman los colegiados tras consultar con el VAR. El FC Cartagena perdió dos puntos vitales en la lucha por la salvación: «Hay que ir como bailarines en el área ahora porque si no te pitan penalti. Cuando me piten a favor lo diré igual. En el área hay que ir de puntillas y con cuidado. Estoy en caliente y no quiero hablar, diré cosas que no debo», aseguraba Carrión, que prefería no ahondar más en su opinión.
Hablando del partido en su conjunto, consideró que no fue «muy bonito». Carrión aseguró que firmaron una mala segunda parte: «La segunda parte nos ha quemado el balón, hemos estado mal, hay que intentar algo más. Hemos hecho demasiadas faltas en nuestro campo. Hay que ser bailarines para no tocar a nadie», reiteraba el técnico cartagenerista.
A pesar del contratiempo del penalti, Luis Carrión no estaba contento con el partido de los suyos: «Nos ha faltado un poco más de personalidad. Si estamos así cada vez que nos pongamos por delante nos costará mantener el resultado», apostillaba el preparador albinegro, que añadía que arriba les faltó verticalidad y deben seguir dando opciones para atacar y estar lejos de la portería.
«No podemos estar permanentemente en el área. Ahora hay que volar en el área para que no pase nada. Hay que hacer un ejercicio de coraje, valentía y personalidad para ir hacia el ataque», afirmaba Luis Carrión. Sobre la polémica arbitral, aseveró que tendrá la misma opinión cuando le pase a favor: «Cuando haya un pisotón de un jugador rival esté mirando el balón y sin querer pise alguien diré: ‘esto es una mierda’, porque lo pienso así», afirmaba el técnico del Cartagena, visiblemente cabreado pero dispuesto a trabajar para sacar los tres puntos ante un rival directo como el Albacete.
La Opinión
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