FC Cartagena 0-0 Ecija Bpie

El punto logrado por el Cartagena vale un campeonato. El bloque albinegro necesitaba un empate para proclamarse campeón del Grupo IV de Segunda División B y lo hizo en casa ante su afición en un partido que futbolísticamente no será para recordar. Lo que sí guardarán en su memoria los aficionados cartageneros es que vivieron y disfrutaron de la tercera temporada en la historia de la entidad que el conjunto acaba la competición en Segunda División B como campeón de su grupo.
El hecho no es baladí, ya que esto le da derecho a disputar la fase de campeones por el ascenso en una eliminatoria con otro primer clasificado de cualquiera de los otros tres grupos de Segunda B y el mejor en los dos partidos que se jugarán ascenderá automáticamente, sin tener que pasar el calvario que supone tener que jugar hasta tres eliminatorias para alcanzar ese ansiado ascenso.
Monteagudo, que la semana pasada cumplía cien partidos en el cargo como entrenador, lo ha conseguido en su tercer año como preparador albinegro. El objetivo no era otro esta temporada que primero acabar líder y luego jugárselo en una ronda a ida y vuelta. El primer paso está dado y ahora queda la emoción que supone esta fase de ascenso.
El bloque albinegro ha conseguido mantenerse en lo más alto a lo largo de dieciocho jornadas y no ha bajado de la segunda posición desde la jornada duodécima, cuando se escaló a lo más alto tras ganar al Jumilla.
La derrota en casa en febrero ante el Marbella lo bajó del primer puesto y el equipo estuvo en un mano a mano con el Marbella hasta la última jornada liguera, en la que el punto era suficiente a pesar de que el equipo malagueño lograba vencer en su último compromiso frente al Villanovense.
El encuentro no fue brillante,ni mucho menos. El Écija se jugaba la vida en la categoría y no especuló con el empate hasta que se creía con el play off de la permanencia en el bolsillo. Los albinegros no cuajaron una de sus mejores actuaciones y en algunos momentos se les vio con el freno de mano echado, tratando de nadar y guardar la ropa para que los sevillanos no les cogieran en ningún renuncio que les provocara un desaguisado. A eso hay que añadir que los astigitanos plantearon un buen partido, con presión en la salida y búsqueda del contragolpe con el que hacer daño a la zaga local.
El partido arrancó eléctrico con un error defensivo del equipo sevillano y una carrera de Owusu para encarar la meta de Molero. El ghanés lograba deshacerse del defensor, pero éste le hizo falta y el atacante albinegro cayó dentro del área. Aunque el colegiado catalán Carlos Calderiña había señalado el punto de penalti, se desdijo de su determinación inicial para sacar la falta al borde del área. De una pena máxima se pasó en un instante a una falta al borde del área y al monumental enfado de la grada, que ya veía dentro el primer gol del partido. La falta fue botada sin transcendencia y todo volvía a la normalidad de un partido en el que, como era previsible, ambos equipos andaban muy cautelosos.
El Écija apretaba en la salida del Cartagena, que no lograba darle fluidez al balón y por eso optaba por el pelotazo largo y ganar la espalda de la defensa visitante con un Owusu bastante irregular. Sus continuados resbalones sobre el césped resultaban cansinos, ya que era el único al que las botas le jugaban una mala pasada. Owusu pecaba de protagonismo, tanto que sus errores empezaron a mermar en el ánimo del joven jugador cartagenerista.
Lo cierto es que Monteagudo había decidido incluir a un trivote con tres jugadores que tocan muy bien el balón en el centro del campo. Diego Benito volvía a ser titular y andaba acompañado de Chavero y Cordero. El objetivo era tener siempre el control del balón, aunque se difuminaba practicando un fútbol demasiado horizontal y en el que curiosamente eran los defensas los que más tocaban la pelota cuando se movía de un lado a otro. Owusu impedía las arrancadas de Jesús Álvaro por la izquierda y Ramírez no andaba demasiado adelantado por lo que Rubén Cruz se limitaba a jugar de espaldas, saltar en la búsqueda de algún balón colgado y poco más.
Los albinegros pecaban de falta de decisión, un punto más de velocidad en el movimiento de balón y, por supuesto, llegada al área.
El Écija no tenía otro remedio que ir a por todas y lo intentó ganando bien por momentos el medio campo y llegando sin alborotos al área de Pau Torres. Suya fue la mejor oportunidad del partido en la primera parte con un zapatazo de Marrufo al larguero que dejó helado a la grada en un segundo.
El único disparo de los albinegros entre los tres palos llegó en el minuto 41 de partido con un lanzamiento desde fuera del área de Hugo Rodríguez que detuvo el cancerbero en dos tiempos.

En la segunda parte el Cartagena estuvo más entonado. Owusu tuvo la primera con un cabezazo que se fue fuera. Luego Hugo mandó al palo un libre directo bien ejecutado y unos minutos más tarde en un mano a mano con el portero lanzó la pelota demasiado alta.
Conforme pasaban los minutos crecía la tensión y el Écija trataba de achuchar. El Cartagena supo contemporizar y dejó pasar el tiempo. El equipo rival se creía salvado del descenso hasta que un gol del Mérida lo mandó a Tercera en unos minutos de angustia para unos y de júbilo para otros.
La Opinión

No hay comentarios:

Publicar un comentario