FC Cartagena 0-0 Sevilla Atl.

El FC Cartagena se encontró ayer en casa un muro demasiado alto para saltar y fue incapaz de dar el brinco para llevarse los tres puntos. La visita del Sevilla Atlético deja un empate sin goles entre un equipo que llevó la iniciativa, el de Munúa, y otro que sabía de la exigencia de jugar ante un líder en plena forma, por lo que había que cuidar muy bien todos los frentes, para evitar la derrota, a base de orden, seriedad y trabajo.
Es el segundo empate de los de Gustavo Munúa en casa esta segunda vuelta -la primera vez fue ante el Recreativo-, lo que ha provocado que si bien la distancia con el segundo se haya aumentado -ahora es de seis puntos-, el equipo que ahora persigue al Cartagena es un Recreativo que ha podido recortar puntos gracias a su victoria en esta jornada frente al Almería B.
Decía el entrenador cartagenerista al término del choque que lo intentaron de todas las maneras y formas posibles y que solo les faltó el gol. Pero la realidad también dice que en la primera parte, el Cartagena no encontraba la chispa, la velocidad, las aperturas en banda o los pases interiores para poner en apuros al portero sevillista. Fueron pocas y de escaso calibre las ocasiones que tuvo el conjunto local en esos primeros cuarenta y cinco minutos. En la segunda parte, con un Sevilla Atlético más castigado, el bloque cartagenerista fue más dominador y llegador, pero no encontró el hueco por donde meter la cuchara para anotar su tanto.
Munúa apostó de nuevo por Vitolo y Cordero en medio campo y Julio Gracia por delante. Moyita ocupaba el carril derecho, como siempre, al igual que Elady lo hacía en el otro costado.
El fútbol que practicaba el Cartagena era de un ritmo cansino y lento. Movía el esférico a través de sus centrales de un lado a otro buscando las triangulaciones, los espacios o los pases filtrados. Sin embargo, Moyita andaba demasiado caído a banda y estaba bien sujeto, lo mismo que ocurría con Jesús Álvaro y Elady en la izquierda.
Gracia no encontró la conexión nunca y andaba demasiado retrasado con el balón en los pies, lo que suponía estar muy lejos de las situaciones reales de peligro. Moyita no terminaba de funcionar en su carril y con dos jugadores en medio campo como Vitolo y Cordero al equipo le faltaba más verticalidad, probablemente a través de acciones individuales que no terminaban de cuajar.
Un par de disparos de Aketxe, bien defendido por la pareja de centrales, fueron las únicas ocasiones por las que el FC Cartagena merodeó con cierto peligro el área visitante. Moyita lo intentó a los 27 minutos con un pase atrás en una de las mejores acciones de la primera parte, pero el portero se adelantó rápido antes de que el esférico encontrara rematador.
El Sevilla Atlético guardaba la ropa, pero salía con algún latigazo como el saque de esquina lanzado por Pejiño que a punto estuvo de entrar directamente a la portería de Joao en el minuto 30, o una gran oportunidad del mismo futbolista que disparó desde la frontal un duro chut que se fue ajustado al palo, pero fuera.
Pasado el tiempo de descanso, el FC Cartagena fue ganando presencia y protagonismo en el área del Sevilla Atlético. Los jóvenes jugadores del equipo hispalense iban retrocediendo poco a poco sus posiciones. Las piernas ya no estaban tan frescas como en la primera parte, por lo que el entrenador mandó defender juntos y ordenados para evitar un gol que supusiera tirar por la borda el trabajo hecho hasta ese momento.
Con dos líneas juntas formadas por nueve jugadores, el conjunto visitante se defendía de los ataques del Cartagena. Buscaban de una banda a otra. Elady y Álvaro cada vez estaban más tiempo en el borde del área rival y Gracia hacía lo mismo cuando buscaba a alguien al borde del área.
Elady lo intentaba cada vez que tenía el balón en los pies. No se lo pensaba demasiado el goleador cartagenerista, que en el minuto 50 probó suerte con un chut raso y ajustado que se marchó fuera.
En el minuto 57 un balón que entre chut y rebotes acaba muerto en los pies de Moyita se convierte en la ocasión más clara para los locales. El jugador albinegro quiere finalizar rápido para evitar el robo de un defensa, pero lo hace mal. Remata alto cuando tenía ante sí toda la portería para él solo.
Él mismo lo intentó en el 59 con otro chut, pero esta vez desde fuera del área que se fue también alto.
El bloque local empezaba a someter al oponente al que tenía perfectamente controlado. Evitaba la salida a la contra de los sevillistas, pero cuando le tocaba encontrar la mejor fórmula para meter gol no era capaz de acertar.
El preparador decidió a media hora para el final que había que mover el banquillo y quitó a un jugador de medio campo para dar entrada a Fito, futbolista con llegada y gol. El sustituido fue Cordero, ayer algo gris durante los 60 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. No le gustó mucho al sustituido la decisión pues se le vio algo alterado cuando llegó al banquillo.
Fito metió algo más de pulso a su equipo y en una contra lo intentó con una finta hacia adentro y disparo con la zurda al palo opuesto. El chut se marchó fuera.
Luego fue Julio Gracia el que probó suerte con un libre directo flojo, que detuvo sin dificultad el cancerbero visitante antes de que el último cuarto de hora se jugase prácticamente en su totalidad en el campo del Sevilla Atlético.
Los de casa metieron atrás a los andaluces. Un balón centrado para encontrar un rematador o una pelota suelta que toca alguien para adentro también empezaban a convertirse en las opciones más claras para llevarse la victoria.
Elady volvía a probar suerte desde fuera sin éxito. Jesús Álvaro y Orfila buscaban la superioridad por banda que encontraban, pero sus centros tampoco tenían un rematador ante la nube de jugadores sevillistas que se encargaban de limpiar todo lo que pasaba por su sitio.
Rubén Cruz y Cristo Martín fueron los dos últimos recursos de Munúa para salvar este escollo. El primero tuvo en el 86 una buena oportunidad para hacer el 1-0, al ir a cabecear un balón colgado al área pequeña. Su cabezazo fue al centro y flojo y el portero la paró sin problemas.
Moyita lo intentó otra vez más en el tiempo añadido y la última fue para Cristo Martín. Encontró un balón suelto en el borde del área y ante tanto tráfico delante suyo optó por pegarle colocado para asegurar la dirección del chut. Pero iba demasiado floja para sorprender al cancerbero, que detuvo unos segundos antes de que el colegiado pitara el final del partido.

El Cartagena se va a encontrar aún unas cuantas situaciones similares en las cinco jornadas que le quedan por jugar en su casa. Los rivales se defienden bien y a los albinegros les cuesta mucho más encontrar la grieta por la que llevarse los tres puntos.
La Opinión

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