El esquema de confianza de Julián Calero salió al verde del Martínez Valero con la mejor de las intenciones, queriendo mostrarse serio y fuerte en su estilo de bloque bajo. Pero pronto, esa fortaleza mental se vio derrumbada en el partido, cuando una salida fatal de Marc Martínez regaló prácticamente el primer gol del encuentro al Elche, colocando el marcador en contra en el 18’ de partido (1-0).
Tras el saque en corto de un córner a favor de los blanquinegros, el conjunto ilicitano consiguió robar y en un abrir y cerrar de ojos montar un contraataque de manual para que Oscar Plano cabalgara a la contra y colara el balón por debajo de las piernas de un Marc Martínez que se precipitó en su salida al corte.
A pesar de la desventaja, el equipo se aferró a la fortaleza de un Pedro Alcalá muy seguro y atento en defensa para evitar que los ilicitanos ampliaran la ventaja en lo que restaba de primer tramo. El gol en contra fue más que un simple tanto; desmontó el castillo de naipes de confianza albinegra, dejando una primera mitad para el olvido de los cientos de aficionados desplazados a Elche. Prácticamente sin ningún ápice de esperanza, y con uno de los peores minutos del Cartagena esta campaña, se marcharon ambos equipos a vestuarios. Sin muchas ocasiones, y siendo un monólogo futbolístico en favor del equipo de Sebastián Beccacece.
El descanso trajo consigo una transformación radical para el FC Cartagena. Julián Calero, en busca de esa reacción obligatoria, implementó un triple cambio estratégico. Musto, Lautaro de León, y Alfredo Ortuño ingresaron al terreno de juego, inyectando dinamismo y frescura al equipo en ataque. Se marcharon del verde Hector Hevel, Juanjo Narvaez y Juan Carlos Real.
La segunda mitad comenzó con un Cartagena revitalizado, mostrando un dominio total del partido y acumulando numerosas ocasiones de peligro. Con cada acción en la que los albinegros lograban llegar al área de Leo Román, la esperanza albinegra crecía y crecía cada vez más.
Ortuño aparece para dar vida
Este nuevo Cartagena que saltó al campo en la segunda parte fue recompensado rápidamente con un gol espectacular. Alfredo Ortuño, con un instinto letal, conectó el esférico con una volea impresionante que se incrustó en la red rival. El empate 1-1 fue celebrado como un acto de resiliencia y coraje por parte de los jugadores y la afición cartagenera. El grito de gol resonó como un himno de esperanza, desafiando a toda la adversidad que se presentó en la primera mitad, y a lo vivido en esta difícil primera vuelta en general.
La segunda mitad se convirtió en un combate donde Elche y Cartagena luchaban de tú a tú por ver quién conseguía quedar el último en pie. El cuadro albinegro, que creció exponencialmente en todos los aspectos del juego, tenía enfrente a un Elche que buscaba recuperar la ventaja perdida por la vía rápida. La defensa cartagenerista, ahora aún más compacta y segura, resistió los embates rivales, y el medio campo se convirtió en un escenario de lucha encarnizada.
Felicidad albinegra
La gesta no quedó ahí. Con el ímpetu de la remontada, el Cartagena continuó presionando en busca de la victoria. Y, sintiéndose superior y aprovechando los espacios a la espalda que dejaba la defensa franjiverde, en los minutos finales del encuentro sumergidos en un suspiro de drama y emoción, Luis Muñoz logró la épica (1-2).
Umaro Embaló, que ingresó en el terreno de jugeo minutos atrás, desequilibró por la banda y comenzó a correr por la izquierda, desprendiéndose del balón con un centro preciso al punto de penalti. En una ejecución impecable, Luis se adelantó a la defensa y empujó la pelota al fondo de las mallas, marcando el gol de la victoria en el 84’ de juego. Un gol, que empujaron junto al malagueño todo el grueso de afición cartagenerista que presenció el choque.
La alegría desbordó en la visitante del Martínez Valero, y el FC Cartagena selló su tercera victoria en liga, encadenando dos triunfos consecutivos tras su última victoria ante el Sporting de Gijón. Este resultado no solo representa un hito en la temporada, sino que también permite a los albinegros abandonar la posición de colista por primera vez desde que se dio el pistoletazo de salida en agosto
El final épico para el Cartagena es una oda a la perseverancia y la capacidad de lucha del equipo dirigido por un Julián Calero que revivió a sus jugadores de manera radical en el intermedio. Una tarde que quedará grabada en la memoria de los aficionados, marcando, ojalá, el resurgir y la promesa de días luminosos para el FC Cartagena en un futuro próximo.
Calero: «Va a ser difícil, aún estamos lejos, pero estos 6 puntos nos han dado la vida»
Julián Calero, líder del barco albinegro, hablaba en sala de prensa de la gran remontada lograda por sus jugadores en el Martínez Valero. «El mensaje en el fútbol solo se refuerza con puntos, victorias y clasificación. El refuerzo del mensaje siempre va unido a la victoria y ahora hemos conseguido una buena dinámica». El técnico natural de Parla reconoce que «ganar aquí es un refuerzo brutal, salir de la última posición y ver que estamos haciendo empieza a funcionar es importantísimo».
El FC Cartagena, que ha encadenado dos victorias consecutivas por primera vez en esta temporada, deja de ser el farolillo rojo de LaLiga Hypermotion, algo que no lograban los albinegros desde el comienzo de campaña. Sobre esto, Calero opinaba que «supone un espaldarazo para el trabajo. Habrá victorias y derrotas pero ahora sí estamos en disposición de disputar lo que queremos disputar. Va a ser difícil, aun estamos lejos, pero estos seis puntos nos han dado la vida».
La remontada llegaba tras una primera parte decepcionante, primera parte que obligó a Calero a dar un tirón de orejas a sus jugadores: «Hemos estado muy mal en todas las facetas. Si hubiera podido, en el descanso hubiera cambiado a los once jugadores».
La Opinión
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